Lo cierto es que poco a poco, tanto los servicios de transporte público tradicionales como las nuevas empresas de movilidad van apostando en mayor o menor medida por la sostenibilidad, sobre todo en las grandes ciudades.
En Madrid Uber ya ofrece un servicio de lujo que emplea como vehículo el Tesla Model S, si bien sus coches estándar todavía son híbridos (Toyota Corolla Hybrid) o a gas (FIAT Tipo GLP).
El sector del taxi también está abrazando con fuerza los vehículos alternativos (en parte porque la normativa de ciudades como Madrid obliga a que los taxis nuevos tengan el distintivo ambiental ECO o CERO): en la capital del país ya circulan algunos Nissan LEAF y Tesla Model S como taxis, y los coches a GLP y GNC también están comenzando a proliferar.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de empresas de carsharing como Car2go, Emov o ZITY, las cuales emplean vehículos eléctricos sin chófer (los usuarios localizan a través de una app los coches, que están aparcados en cualquier punto del área de uso porque al ser eléctricos no pagan zona ORA), y los conducen hasta su destino. Esta modalidad de transporte, presente en Madrid desde 2015 (año en el que llegó Car2go), ha ganado una enorme popularidad entre los madrileños en los últimos tiempos.
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