Como hemos comentado antes, la relación de los seres humanos y los animales son ancestrales, pero en la medida en que ha transcurrido el tiempo y hasta el momento, se han suscitado cambios que inciden también en esa relación, no solo desde los vínculos afectivos, sino desde los usos de los animales y las diferentes formas de manejo zootécnico.
Esa es la razón por la que en el mundo actual personas y animales, que de hecho pueden compartir los mismos espacios y ecosistemas, comparten también enfermedades infecciosas transmisibles, las conocidas como enfermedades zoonóticas, de las que trataremos en posteriores ediciones.
Aunque médicos, médicos veterinarios y especialistas de diversas profesiones afines, han estudiado sobre esas enfermedades, desde el siglo pasado hasta nuestros días se han presentado algunas que han impactado tanto en la salud de las personas como de los animales y pudiéramos decir que han puesto a prueba a los sistemas nacionales de salud y de la sanidad animal en muchos países del mundo, en las diferentes áreas geográficas y han requerido de intercambios, nuevas pautas y estudios, liderados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), ambas en alianza tripartita con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); alianzas a la que ahora se ha sumado el Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente (PNUMA), en función de afrontar mejor las amenazas y riesgos para la salud, de forma integral.
¿Por qué consideramos que usted debe conocer esta información?
Pues porque absolutamente todos los que habitamos el planeta somos susceptibles y debemos saber cuáles son los nuevos retos, los riesgos a que podemos estar expuestos, cómo podemos contribuir a mantener un buen estado de salud y bienestar, desde lo personal, familiar, comunitario y social, más aún cuando convivimos con animales.
Por ejemplo, los criadores de mascotas, los que en patios y traspatios crían otras especies domésticas para la alimentación familiar, los que se desempeñan en la producción agropecuaria o trabajan con animales empleados en múltiples usos, todos deben conocer y colaborar. Cada persona– aún cuando no se relacione directamente con animales- adquiere cierta responsabilidad en el ámbito sanitario, que impacta indudablemente, en la salud pública.
No hay que alarmarse, sino se trata de comprender, de asumir que cada persona teniendo cierto conocimiento, puede ser plenamente consciente y actuar de forma responsable en favor de la salud de todos. Para ello, es conveniente que todos tengamos, algunos elementos sobre la importancia que en la actualidad ha adquirido el enfoque Una Sola Salud, a escala global y en el país, así como la labor que se está realizando aquí en Cuba, con el liderazgo del Ministerio de Salud Pública, en alianza y participación activa del Ministerio de la Agricultura a través del Centro Nacional de Sanidad Animal, del Centro Nacional de Sanidad Vegetal y del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
Según la OMSA, organización zoosanitaria de la que Cuba es país miembro desde 1972, es muy importante el enfoque Una Sola Salud, para enfrentar las epidemias y pandemias zoonóticas emergentes y reemergentes, esa es la perspectiva de la Sanidad Animal mundial. Según refiere esta organización en un resumen ejecutivo, las enfermedades zoonóticas emergentes y reemergentes son enfermedades infecciosas causadas por patógenos que pueden transmitirse entre animales y humanos, y cuya aparición o distribución ha aumentado en una población o ha resurgido tras una disminución.
Se calcula que más del 75 % de las enfermedades infecciosas humanas emergentes son zoonóticas, lo que confiere a los animales un papel importante como reservorios en la dinámica de estas enfermedades. La fauna silvestre representa el reservorio más importante de enfermedades zoonóticas emergentes (p.ej.,la fiebre amarilla y el síndrome respiratorio agudo severo SARS). El ganado (de todo tipo), también puede transmitir enfermedades zoonóticas emergentes y actuar como amplificador de la propagación de patógenos procedentes de la fauna silvestre.
La aparición de enfermedades zoonóticas emergentes y reemergentes está vinculada a múltiples factores. Algunos de estos factores tienen que ver con actividades antropogénicas, es decir de todas aquellas que provienen o resultan de las actividades de los seres humanos o que son producidas por ellos; como el cambio en el uso de los suelos y el cambio climático. La comprensión de los factores y procesos relativos a las enfermedades zoonóticas emergentes y reemergentes es un aspecto esencial para prevenir brotes de estas enfermedades y anticipar los riesgos relacionados.
Por lo anterior, todos los miembros de la sociedad y con más nivel de compromiso o responsabilidad, aquellos que poseen, trabajan o se relacionan de cualquier otra forma con los animales, deben tener algún nivel de conocimientos sobre la suma importancia que tiene la aplicación en la vida cotidiana de buenas prácticas en materia sanitaria tanto en el espacio doméstico, como comunitario, laboral y social en su conjunto. En resumen, es contribuir a la prevención de la propagación zoonótica a los humanos o prevención proactiva (primaria), que aborda los factores que impulsan la aparición de enfermedades y las actividades que aumentan el riesgo de contagio, para reducir el riesgo de infección humana. Toda esa labor tributará a la puesta, en la práctica social, del enfoque Una Sola Salud.
Conceptualmente el enfoque “Una Salud”, así suelen denominarlo nuestros galenos, busca promover la coordinación y la colaboración de los programas de salud humana, animal, vegetal y medioambiental con el propósito de mejorar la prevención y la preparación ante futuras amenazas de salud.
Por lo antes señalado, este enfoque se relaciona con el concepto de “Salud para todos” en el siglo XXI, antes preconizado por la OPS/OMS y que hoy se basa en las realizaciones anteriores y orienta la acción y la política en favor de la salud a todos los niveles: internacional, regional, nacional y local e identifica las prioridades y las metas mundiales en estos iniciales decenios del siglo XXI.
Para el logro de estas iniciativas en favor de un mundo mas saludable y de bienestar para todos, es preciso que asumamos que todos debemos ser proactivos, conscientes actores desde las familias y las comunidades. Los poseedores y responsables de animales, procurar todas las acciones objetivamente posibles en la prevención, atención de salud, curación y rehabilitación de estos, para garantizarles salud y bienestar, lo que redundará de una u otra forma en la salud de nosotros.
Hago saber a usted que muy pronto, del 21 al 25 de abril organizada por el MINSAP, se celebrará en el Palacio de Convenciones de La Habana, la Convención Internacional “Cuba Salud 2025” magno evento de la salud pública a la que se asocian la XVI Feria Comercial Salud para Todos y la II Feria Internacional Turismo Médico y Bienestar, en el recinto ferial de Pabexpo. Dentro del programa científico “Una Sola Salud” esta estrategia sanitaria integral servirá de marco científico y académico para intercambiar sobre temas relevantes de la Agenda de Salud de cara al 2030.
La Salud Pública, la Sanidad Animal y Vegetal, así como todo lo concerniente al Medio Ambiente y la interrelación entre todos los sistemas, concurrirán en conferencias magistrales, paneles, talleres y la presentación de variados trabajos científicos.
Allí compartiremos saberes y experiencias profesionales, estarán líderes y expertos, nacionales e internacionales que versarán sobre los aspectos antes mencionados e indudablemente servirá de espacio a la firma de acuerdos, convenios de colaboración y adopción de declaraciones estratégicas sobre los principales temas a debate. Todos por “Una Salud”.
Cubadebate.
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