El Loquito de la nuez

Imprimir
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 
Valoración:
( 0 Rating )

Loquito de la nuez

La fructífera y amplia obra de Nuez se caracterizó por su permanente compromiso con las causas justas y su capacidad para reflejar, con fino humor y singular sentido crítico, los problemas neurálgicos e hitos medulares de nuestro tiempo. De ello son exponentes sus caricaturas, de agudo filo político, dedicadas, entre otros muchos temas, a la lucha contra la tiranía batistiana, al conflicto histórico de Cuba y Estados Unidos –durante la crisis de octubre de 1962 las dibujó desde las mismas trincheras como miliciano-, a las guerras de Angola y Vietna.

Realizó más de mil caricaturas a favor de la lucha del pueblo vietnamita y fue incluso, en determinado momento, una especie de corresponsal de guerra-, a los sucesos del Mariel, a la Revolución Nicaragüense –llegó a colaborar con la Gaceta Sandinista antes del triunfo de 1979-, a la campaña contra el burocratismo, al problema de la deuda externa, la guerra nuclear, al “periodo especial” o, más recientemente, a la causa por de los 5 patriotas cubanos presos injustamente en Estados Unidos y recién liberados.

No es posible imaginar una etapa de la Revolución Cubana en la que Nuez no haya estado presente, de una u otra manera, con sus imaginativas caricaturas, descubriendo la esencia de determinadas situaciones políticas o revelando rasgos singulares de la identidad del cubano. Así lo hizo desde  su famoso personaje de El Loquito y los que vinieron después de su mano mágica, como fueron, por ejemplo, Don  Cizaño, que representó la lucha contra la prensa reaccionaria en los años germinales de la Revolución; o Mogollón, nacido al calor de las campañas populares contra la vagancia. Su clásico dibujo de El Barbudo -con arma en ristre-, que hoy se asocia en todas partes a la Cuba revolucionaria, fue diseñada por Nuez como contrafigura de Liborio –el campesino doblegado por el Tío Sam, símbolo de la República neocolonial– y que el propio Comandante Fidel Castro mencionara en memorable discurso un primero de mayo frente a un millón de cubanos en la Plaza de la Revolución. Sobre El Barbudo me contó Nuez en la entrevista ya mencionada:

Este personaje nace en el 59, como una respuesta a Liborio, un personaje clásico, que representaba al pueblo de Cuba, pero que era muy pasivo, lo soportaba todo, no era dueño de sí mismo, ni del país, de nada, simbolizaba al pueblo que alguien gobernaba. Ya El Loquito había muerto poco después del triunfo de la Revolución. Todavía jugaría un papel en los primeros momentos, en las grandes luchas entre la prensa revolucionaria y la reaccionaria; pero ya después no había que hablar en clave, no era lógico hacerlo, se podían decir las cosas de otra forma, era un poco inoperante El Loquito, solo ocasionalmente ha salido. En Revolución hago El Loquito un tiempo y aquí lo sustituyo por El Barbudo, el cual he hecho desde entonces hasta hoy. Cuando quiero representar al cubano lo hago con este barbudo, que tiene un sombrero de yarey, un traje de miliciano, pues ya no es como Liborio un campesino pobre y desamparado, en todo caso es un campesino armado, no sólo con el machete, sino también con el fusil, según venga la situación.