Si nuestras calles vuelven a ser por estos días bullicio de gente que va y viene, fiesta multicolor de los pequeños que retornan al reencuentro con el pizarrón, y esperanza de un país que apuesta por una nueva normalidad es, en buena medida, porque en la «proa» de ese empeño colectivo han estado, con su fuerza descomunal, los estudiantes cubanos.